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El proyecto consistió en la restauración integral de un antiguo palacio ubicado en el corazón del centro histórico, una edificación que, pese a su valor patrimonial, había sufrido un notable deterioro estructural y estético a lo largo de los años. El objetivo principal fue devolverle su carácter original, conservando los elementos arquitectónicos auténticos y adaptándolo a las exigencias contemporáneas de confort, funcionalidad y sostenibilidad.

El trabajo comenzó con una exhaustiva investigación histórica y un levantamiento detallado del estado actual del edificio. Se identificaron materiales, técnicas constructivas y fases de intervención previas para comprender la evolución del inmueble y planificar una estrategia de restauración respetuosa. A partir de ello, se definieron criterios de conservación basados en la mínima intervención y en la recuperación de los valores originales del conjunto.

Durante el proceso se reforzaron las estructuras principales, se restauraron muros de piedra y se recuperaron los estucos tradicionales. Los pisos de madera y los herrajes originales fueron cuidadosamente tratados para conservar su pátina y autenticidad. Paralelamente, se incorporaron sistemas modernos de climatización e iluminación, integrados discretamente para no alterar la lectura histórica del espacio.

El resultado es un edificio que dialoga armoniosamente con su entorno urbano y revive la memoria arquitectónica del lugar. El palacio, ahora completamente rehabilitado, acoge nuevos usos culturales y administrativos que aseguran su conservación a largo plazo, reinsertándolo de manera activa en la vida contemporánea del centro histórico.

Más que una simple obra de restauración, este proyecto representa un compromiso con la preservación del patrimonio y una apuesta por la continuidad de la historia arquitectónica como parte esencial de la identidad urbana.